Hemos escuchado hasta el cansancio que la educación en México es de la más bajas a nivel población económicamente activa. Además de las desigualdades y las brechas entre los teóricos y prácticos, aunque lo anterior sea cierto los que tienen un nivel educativo aceptable se quedan con el estereotipo de vivir cómodamente y algunos jóvenes con formación de clase mundial no tienen intención de emprender, la fuerza interna que les motiva a la acción no se vislumbra, son presas de un miedo por fijarse retos, el comprometerse con crear fuentes de empleo o disfrutar de lo que hacen es cada vez difícil de encontrar. Por lo que es necesario, sin excepción, que todos de una u otra forma nos acerquemos y nos preparemos en este mundo tecnológico que tiene la ventaja que ha reducido los costos de trasmitir conocimiento, es necesario que dejemos de posponer y empecemos a dar los pasos necesarios a imaginarnos nuevos escenarios donde lo digital ayude a mejorar los entornos y el crecimiento económico de nuestro país, no debemos ver la tecnología como una barrera o un problema en nuestros nuevos estilos de vida, sino como un aliado que permita contar con servicios agregados, en lo que ahora es conocido a través del sentido común y aprendiendo cómo utilizar la transformación digital en parte de nuestra vida, desde cómo ahorrar electricidad, agua, combustibles, o dar un mayor uso a herramientas como el Big Data pues no esta siendo explotado aún.
Ejemplo de ello son las llamadas telefónicas irritantes que recibimos para que nos ofrezcan servicios que la mayoría de las veces no son parte de nuestro estilo de vida, como es posible que estos negocios estén perdiendo y no utilicen la información a su favor. Esto, entre muchos aspectos, nos llevan a pensar que se pierden oportunidades, y se elevan costos.
Si nos tomaremos el tiempo de analizar cómo ahorrar y mejorar procesos en esta era, utilizando la tecnología, tendríamos un banco de ideas que se podrían llevar a cabo, con una implicación de crecimiento económico y que conlleve a un estado de bienestar general. Una economía colaborativa predominando sobre la individualidad.
No debe haber pretextos para no crecer o emprender estamos en una época de oportunidad, no debemos temer al cambio sino ser parte de éste.
Conocer a nuestros clientes, conocer nuestros servicios, conocer nuestros proveedores, conocer nuestra tecnología y no limitar nuestros conocimientos es y será un paso por avanzar en nuestro presente.