El panorama económico mundial actual se encuentra en un frágil equilibrio entre la recuperación y los efectos residuales de eventos recientes como la pandemia, la guerra en Ucrania y la fragmentación económica global. Las cifras recientes del FMI reflejan un mundo en desaceleración tras alcanzar un crecimiento del 3.5% en 2022, afectado por múltiples factores de riesgo y un panorama geopolítico inestable.
El FMI ha mantenido su previsión de crecimiento para el 2023 en un 3%, con una ligera disminución a un 2.9% para el 2024. Estas proyecciones, presentadas en Marruecos en el marco de las Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial, marcan una tendencia de desaceleración desde 2022. El conflicto en Ucrania y el reciente conflicto en Gaza han dejado su marca, complicando aún más las previsiones económicas. El presidente del Banco Mundial, Banga, ha señalado que aún es prematuro calcular el impacto total del conflicto en Gaza.
Estados Unidos, la Unión Europea y China, las tres economías más grandes del mundo, están experimentando crecimientos divergentes. Mientras que Estados Unidos muestra signos de fortaleza con un crecimiento proyectado del 2.1% para 2023, la UE y China presentan cifras más modestas, con un avance del 0.7% y 5% respectivamente.
La economía global aún no ha retomado su trayectoria pre-pandémica, especialmente en economías emergentes. Además, se identifican nuevos riesgos como el aumento en las expectativas de inflación a corto plazo y posibles alzas en los precios de alimentos y energía debido a choques climáticos y geopolíticos. Esto podría requerir tasas de política monetaria más altas, complicando aún más el panorama.
Para América Latina, el pronóstico es de un crecimiento estable del 2.3% para 2023 y 2024. México lidera la región con una proyección de 3.2% para 2023, seguido por Brasil con 3.1%. Sin embargo, se espera que algunos países experimenten desafíos significativos, como Chile, que podría enfrentar una contracción del 0.5% en 2023.
Conclusión
El mundo enfrenta un camino lleno de incertidumbres y desafíos. Si bien hay signos de recuperación y resiliencia, los eventos recientes y las tensiones geopolíticas actuales ponen en peligro la estabilidad económica global. Los líderes y economistas de todo el mundo deberán trabajar juntos para navegar por este terreno complicado y asegurar un futuro próspero para todos.