Han pasado 16 años desde la implementación en México de la responsabilidad penal de las personas jurídicas, y el tema sigue siendo un reto complejo para los empresarios. Hoy, las corporaciones no solo enfrentan riesgos fiscales y administrativos, sino también sanciones penales que pueden poner en juego su continuidad operativa.
El marco legal vigente permite que las empresas sean imputadas y sancionadas por delitos cometidos desde su estructura organizacional, incluso si no existe participación directa de sus directivos o empleados específicos. Esto plantea desafíos estratégicos en la forma en que las empresas deben organizar sus sistemas de dirección, control y vigilancia.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha sostenido que las empresas pueden ser responsables por delitos cometidos desde la empresa o en beneficio de la empresa, distinguiendo así la culpabilidad corporativa de la individual. Esto significa que:
Existen varios problemas aún no resueltos en la práctica:
El riesgo más grave para los empresarios no es únicamente económico, sino existencial:
El sistema mexicano avanza hacia una armonización con estándares internacionales, donde las penas corporativas incluyen no solo sanciones económicas, sino también restricciones operativas, reputacionales y legales. Los organismos internacionales y acuerdos comerciales presionan a México para contar con un marco robusto contra la corrupción, el fraude y los delitos financieros.
La responsabilidad penal de las personas jurídicas es hoy uno de los mayores riesgos para empresarios y emprendedores en México. Su alcance puede significar no solo multas, sino la disolución definitiva de la empresa. El camino para enfrentar este reto es claro: compliance efectivo, prevención y fortalecimiento institucional. En AS Consulting Group, acompañamos a las empresas a blindar sus operaciones frente a los riesgos penales, fiscales y corporativos. Da el siguiente paso y asegura la continuidad de tu empresa con nuestros expertos en www.ascg.mx.