El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha dado un paso audaz hacia la modernización y eficiencia de sus operaciones con la presentación de su “Plan Maestro” este 22 de enero de 2024. En un esfuerzo por amplificar su capacidad de fiscalización, el SAT está integrando tecnologías avanzadas como la Inteligencia Artificial (IA), la analítica de grafos y el aprendizaje automático en sus procesos internos.
Con la implementación de estos modelos tecnológicos, el SAT tiene como objetivo principal fortalecer tres áreas críticas:
Clasificación de Contribuyentes de Riesgo: Mediante algoritmos de aprendizaje automático, el SAT podrá identificar con mayor precisión a los contribuyentes que presentan mayores riesgos de incumplimiento fiscal.
Detección de Redes de Elusión y Evasión Fiscal: La utilización de analítica de grafos permitirá descubrir conexiones y patrones entre entidades y individuos que podrían estar involucrados en esquemas complejos de evasión.
Identificación de Inconsistencias Fiscales: Específicamente en los Comprobantes Fiscales Digitales por Internet, esta tecnología busca señalar discrepancias que indiquen contrabando o la operación de empresas fachada.
Además de la innovación tecnológica, el SAT anunció la apertura de nuevas oficinas de atención en los cinco estados con mayor demanda fiscal del país. Esta expansión se suma a las 157 oficinas existentes y está diseñada para mejorar el servicio y la cobertura en regiones clave.
Sin embargo, la implementación de la IA en la fiscalización plantea importantes preguntas legales y constitucionales. Actualmente, no existe una normativa que faculte expresamente al SAT para el uso de la IA, lo que podría derivar en retos significativos frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
La SCJN ha señalado que las figuras de prescripción y caducidad actúan como sanciones contra la autoridad por no ejercer sus facultades a tiempo. Con las nuevas capacidades del SAT, surge el debate sobre si estos plazos deberían ajustarse dado que la autoridad ahora puede auditar de manera más eficiente y extensa.
El “Plan Maestro” del SAT representa una transformación significativa en la manera en que México aborda la fiscalización. Si bien los beneficios potenciales de eficiencia y precisión son claros, el camino hacia su implementación efectiva estará lleno de desafíos legales y operativos. La comunidad fiscal y legal del país seguramente seguirá de cerca estos desarrollos, dado su impacto profundo en el cumplimiento y la administración fiscal en México.