En México, 8 de cada 10 mipymes no logran superar los primeros cinco años de operación. Las razones van más allá de la falta de ventas: mala gestión financiera, desconocimiento del mercado, ausencia de planeación estratégica y problemas de cumplimiento legal son solo algunos de los factores que contribuyen al fracaso.
En 2025, el SAT ha reforzado su marco regulatorio para el comercio exterior, incorporando nuevas obligaciones, controles más estrictos y un enfoque tecnológico más riguroso para la fiscalización de operaciones de importación y exportación.
Con una cifra histórica de 21,400 millones de dólares en inversión extranjera directa durante 2025, México se consolida como uno de los destinos más atractivos para el capital global. Este fenómeno, impulsado por el nearshoring, la estabilidad macroeconómica y su posición estratégica, abre un abanico de oportunidades para empresas nacionales y emprendedores.
El Canal de Panamá, punto neurálgico del comercio marítimo global, se ha convertido en el epicentro de una creciente competencia geopolítica y económica. Actores como Estados Unidos, China, Taiwán, Singapur y recientemente México, buscan posicionarse estratégicamente en la región para asegurar rutas de comercio, expandir su influencia y garantizar el control logístico de este corredor clave.
Los precios de transferencia no solo son una obligación fiscal para empresas con operaciones entre partes relacionadas, sino también una poderosa herramienta estratégica. Bien gestionados, permiten alinear la carga tributaria con la realidad del negocio, evitar contingencias con el SAT y optimizar la rentabilidad global.